Iron Man llegó a la cima del acantilado.

¿Hasta dónde había caminado? Nadie lo sabe. ¿De dónde vino? 

Nadie lo sabe. ¿Cómo lo fabricaron? Nadie lo sabe.

Así comienza la historia de The Iron Man, escrita por Ted Hughes. Es la historia que hemos estado leyendo o escuchando durante las últimas semanas. Tiene un mensaje importante. Las personas pueden juzgarse entre sí demasiado rápido. Los granjeros de la historia sólo pueden ver lo malo en el gigante de hierro y se necesita a un niño pequeño, Hogarth, para ayudarlos a verlo de otra manera.

No todos habrán entendido el mensaje. Pero todos deberían recordar algo de la historia donde Iron Man cae por el acantilado para romperse en pequeños pedazos. Cómo cae en el hoyo cavado por los granjeros para atraparlo. Y finalmente, cómo se convierte en el salvador de la raza humana cuando se enfrenta, a través del ingenio, a la fuerza y ​​el tamaño del espacio-murciélago-ángel-dragón.

Las reseñas que nuestr@s alumn@s han escrito después muestran que hay sentimientos encontrados sobre el cuento. A algunos les ha encantado, mientras que otros se han sentido frustrados por la improbabilidad de los acontecimientos. ¿Realmente podría haber una bestia que pudiera cubrir toda Australia?

Para otros, el lenguaje ha sido difícil y esto quizás los ha sorprendido en un libro que evidentemente fue escrito para niños. Pero Ted Hughes fue ante todo poeta. Y uno muy bueno. Fue Poeta Laureado en Inglaterra desde 1984 hasta su muerte y escribió poemas sobre los animales que él recordaba de sus primeros años de vida y juventud en el norte de Inglaterra.

Independientemente de lo que nuestr@s alumn@s se lleven de Iron Man, ya sea de la gaviota robando la oreja de Iron Man o de Hogarth atrayéndolo a la trampa, han conocido a una de las leyendas literarias de Inglaterra.